En Silves conoció al príncipe Al-Mutamid y comenzó una estrecha relación sentimental. Tras acceder Al-Mutamid al trono de la Taifa de Sevilla, Abenamar planeó la anexión de la Taifa de Murcia al Reino sevillano y convenció al rey poeta para que lo nombrara gobernador.
Cuenta la leyenda que para evitar el avance del rey Alfonso VI en Andalucía, Almotamid mandó una embajada dirigida por su consejero Abenamar. Al llegar a Sierra Morena encontró a Don Alfonso y lo invitó a su tienda para hablar. Durante la cena, averiguó que al rey le gustaba jugar al ajedrez. Decidieron apostar granos de trigo; dos granos por la primera casilla del tablero, cuatro por la segunda, 16 la tercera, etc. Cuando Abenamar ganó la partida, el rey Alfonso empezó a calcular y cayó en la cuenta que no había tanto trigo en todo Castilla. Abenamar ofreció un trato a cambio: que Alfonso se retirase de las tierras de Almotamid. Al rey Alfonso no le gustó el acuerdo pero lo aceptó y retiró sus tropas hasta la frontera. Gracias a su talento con el ajedrez y las matemáticas Abenamar salvó a Sevilla de una guerra.
II. El hombre de piedra.
En el barrio de San Lorenzo, uniendo la calle de Santa Clara con la de Jesús del Gran Poder, discurre una calleja larga y estrecha que recibe el nombre de calle Hombre de Piedra. El motivo de tal denominación reside en que en ella, empotrada en una hornacina a nivel de la acera, puede verse una estatua de piedra, de borrosos relieves, que lleva allí varios siglos.
III. La sangre del Alcázar.
Cuenta la leyenda que el rey Pedro I el cruel, casado con Blanca de Borbon, desde su boda, hasta el día de su enclaustramiento solo consumaron el matrimonio dos días.
El rey se enteró de la infidelidad de su esposa con su propio hermano (hermanastro), D. Fadrique, al que llamó al palacio para pedirle cuentas. Tras discusiones y enfrentamientos, D. Pedro en un acto de fría crueldad, dio muerte a su hermanastro.
Fue un verdadero asesinato ya que agonizando en el suelo, remató con una daga, lo que le hizo merecer el apodo que luego se le quedó a lo largo de la historia: ``El cruel´´.
La sala donde ocurrió aquel hecho, es la conocida como ``Sala de los azulejos´´ y en ella todavía se puede ver la mancha de sangre de D. Fadrique, ya que quedó absorbida por el mármol en bruto y sin pulimentar.
IV. Fuente de las Pilitas de Alanís.
La leyenda cuenta la historia de la musulmana Ascia, hija de un morisco que se convierte al cristianismo por obligación. Ascia abraza sinceramente la fe cristiana y adopta el nombre de Ana María. Además se enamora de un cristiano, el hijo del alcaide del castillo. Su padre para quitarle las ideas cristianas de la cabeza decide casarla con un africano que viene a Alanís a buscarla. Ascia decide citarse con su amante cristiano la noche de San Juan para comunicarle la fatal noticia y lo hacen en la fuente de las Pilitas. El africano los sorprende y mata de un tiro al cristiano mientras que Ascia echa a correr tropezando y cayendo en las Pilitas. Su cuerpo nunca fue encontrado. Desde entonces cuenta la leyenda que Ascia se aparece llorando en la fuente todas las noches de San Juan.
V.Cacho Manta
"Hace ya muchos años, hace ya dos siglos, cuando el abuelo de mi abuelo era todavía joven, existía un bandido llamado Cacho Manta que tenía atemorizado a todo el pueblo, nadie se atrevía a viajar sólo por el miedo a ser atracado por él, las puertas de las casas siempre tenían que estar cerradas, pues robaba e intimidaba a todos por igual, sin mirar a quién.
Un día entró a robar en el Convento del Valle, siendo sorprendido por uno de los monjes al cual dió muerte antes de huir con su botín.
Desde ese momento, todo el mundo andaba presto a capturarlo, eso hizo que sus acciones fueran cada vez más terribles, hasta que un día un grupo de jóvenes engañándolo le tendieron una trampa y lo hicieron preso, entregándoselo a las autoridades que tras juzgarlo le dieron garrote en la plaza pública en presencia de todo el pueblo con una tablilla al cuello donde se recordaban todos sus delitos..."
Una de las pruebas de veracidad de esta historia nos la aporta el profesor e historiador Antonio Serrano profundo conocedor del Archivo Municipal de Constantina:
"Morbosa concentración, entre macabra y festiva, fue en 1812, la ejecución del celebre asesino y ladrón Juan García <Cacho Manta>, que, robando en el Convento del Valle, dio muerte a un ex-religioso de la Orden de San Basilio cuando espacaba. Fue condenado a garrote, en presencia de todo el pueblo al tiempo, que con una tablilla al cuello se recordaba su delito."
VI.El costurero de la reina:
"Se decía que la Reina María de las Mercedes, debido a su delicado estado de salud, acudía a este lugar para tomar el sol, coser durante horas junto a sus damas y leer las cartas de su amado Alfonso XVII."
Esta leyenda no está muy documentada ya que se decía que ella murió de tifus a la edad de 15 años, aun así los sevillanos siguen con esta leyenda de generación en generación.